Irregularidades en el sector financiero
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Gran conmoción se ha producido en el mercado financiero luego de conocerse las irregularidades que afectan a algunos actores, y lo que más preocupa es el perjuicio que esto puede haber ocasionado en quienes confiaron en estas entidades.
En el caso de la empresa de factoring involucrada, la buena disposición que se ha observado de parte de su socio controlador para que esta sociedad responda por la totalidad de las obligaciones comprometidas -actitud que merece ser resaltada-, ha sido un factor clave para evitar que la situación escale. Pero en términos generales, lo que más preocupa es el efecto que esto puede tener en la fe pública y en la confianza, elemento fundamental para un buen funcionamiento del mercado de capitales.
La solución a problemas de este tipo no es una mayor presencia estatal, sino la existencia de una adecuada regulación.
Un aspecto central es que Chile dispone de una institucionalidad para hacer frente a irregularidades de este tipo: una legislación que permite tramitar en tribunales de justicia los eventuales ilícitos, y un organismo regulador que dicta las normas de funcionamiento del mercado de capitales y que fiscaliza su cumplimiento.
Por cierto, hay quienes sostienen que lo ocurrido es una muestra más de lo inconveniente que resulta dejar en manos de privados el funcionamiento del mercado de capitales, en atención a la “codicia capitalista”. Pero si bien es cierto el afán de lucro y la “codicia” son factores presentes -e inherente a la naturaleza humana-, se trata de una tensión que se manifiesta tanto en el ámbito privado como público.
Problemas de este tipo siempre se van a presentar, pero lo importante es contar con una institucionalidad que permita enfrentarlos de la mejor forma y anticiparse cuanto sea posible. Las irregularidades que el país ha conocido recientemente en transferencias de recursos ocurridas entre reparticiones de gobierno y fundaciones, saltándose las más elementales normas de control, son prueba palpable de que la solución a problemas de este tipo no es una mayor presencia estatal, sino que la existencia de una adecuada regulación. En el caso del mercado financiero chileno, si bien perfectible, esto es algo que ya existe.
